Entrevista: Se avecina la tormenta -estreno online-

Escrito el 16 de abril del 2021, por Al Borde Producciones.

En el 2018, en el marco de la VII Escuela Audiovisual Al Borde, realizada entre el municipio de Cachipay y la ciudad de Cali, Colombia, producimos comunitariamente entre activistas disidentes del género y la sexualidad, tres potentes documentales autobiográficos. Uno de estos fue “Siendo la tormenta”, dirigido por Laura Nuwuanda, el cual retrata como un impulso destructivo lleva a su protagonista a romper la estabilidad de su relación amorosa, para abordar la sensación de insatisfacción y el deseo de cambio.

A más de 2 años de su estreno y distribución en diversos festivales y muestras de Cine alrededor del mundo, nos place anunciar que este corto tendrá su lanzamiento online el 29 de Abril día internacional de la danza. Para celebrar esta buena noticia preparamos una entrevista con su directora, en la que nos cuenta reflexiones, anécdotas y sentimientos sobre el proceso de escuela que realizamos juntes en el 2018 y lo que aconteció una vez el documental vio la luz.

Proceso de la Escuela

Hola Laura, cuéntanos de todo el proceso de escuela ¿Cuál fue la parte que recuerdas con mayor cariño?

La escuela fue un proceso de inmersión total. Compartimos y convivimos más de un mes aprendiendo sobre narrativa audiovisual, planos y ángulos de fotografía, partes de la cámara y el micrófono, preparando los alimentos, especialmente los deliciosos patacones que hacíamos, disfrutando del baile, las idas al río y al pueblo por cerveza, las noches de películas para ver referentes, los ejercicios o más bien juegos de cámara, develando el crimen de la zarigüeya, poniendo títulos divertidos y jocosos a los movimientos de cámara, lavando la ropa, viendo las estrellas o recibiendo los rayos del sol en la mañana. Creo que la cotidianidad es lo que recuerdo con mayor cariño y total agradecimiento. El que los afectos fueran el motor para el aprendizaje.

¿Qué aprendizaje tuviste de ti misma en el proceso de la escuela?

Creo que no estaba nada preparada para la escuela, desde el momento en que se me invitó me inundó la duda y el miedo al pensar que no tendría nada interesante desde mi historia por aportar. Creo que la escuela me permitió conocerme un poco más, pero también posibilitó el que entendiera que mi historia no es comparable a ninguna otra, que mis sentires son válidos y que al contarlos con honestidad pueden ser de ayuda para mis procesos de sanación como para otras personas.

¿Y un aprendizaje que tuviste del cine en el proceso de la escuela?

Justo al iniciar la escuela Al Borde, me encontraba junto a unas amigas consolidando un proceso similar en el Norte del Cauca, el cual inició como un documental sobre mujeres pioneras en el territorio, por la lucha de los derechos de su comunidad, pero rápidamente tomó el carácter de un proceso pedagógico por construir una alternativa de comunicación comunitaria alternativa. La Escuela Al Borde me brindó más que nada herramientas pedagógicas desde el afecto y la confianza, así como un referente para saber que lo que estábamos haciendo desde el cine comunitario era posible.

En qué medida la creación de “Siendo la tormenta” contribuyó a resolver o transformar lo que estabas viviendo en ese momento.

Bueno, para la escuela debíamos preparar dos opciones de historias que pasarían a “pitch” y tendrían argumentos a favor y en contra para poder ser nuestro corto definitivo. Al final escogí “Siendo la Tormenta” no sólo porque la situación era reciente a diferencia de mi otra opción, sino también porque podría ser parte de mi proceso de reflexión con lo que pasó puntualmente, además del hecho de que somos en mayor medida las mujeres quienes debemos propender porque las cosas no se rompan, situación que me llenaba de mucha angustia al sentir en varias ocasiones como yo tendía a lo contrario. El docu de alguna manera fue una declaración y una oda a la destrucción, de cómo esta puede ser edificante.

Documental a la luz

¿Cuál fue el momento más emocionante al presentar el documental?

La primera presentación que tuvimos de la versión preliminar de los documentales fue a un pequeño público, nuestra familia, algunos amigos, en la fundación Santamaría. Mi persona invitada fue mi mamá y me pareció muy bello ver su cara de asombro con algunas escenas y que al final dijera que le gusto lo que vio. Fue muy lindo y emocionante también en el estreno en la Ciudad de Cali en el marco del FESDA, al final se me acercaron dos personas diciéndome que estaban pasando por un momento similar y que el corto les había tocado mucho el corazón, eso me pareció muy valioso porque ahí por primera vez vi cómo las emociones por muy personales que sean pueden conectarse con otras personas.

Con el tiempo que ha pasado desde su primer estreno ¿qué lectura hace de sí misma al verse unos años después?

Esta fue mi obra prima como directora, ahora varios años después puedo ver algunas cosas que hubiera hecho diferente, por ejemplo, siento que fui más productora que directora y me preocupé más por aspectos logísticos. Desde entonces no he vuelto a hacer algo desde ese lugar pero me parece interesante pensar cómo sería en este momento con las cosas que ahora sé.

¿Qué ha pasado después de contar tu historia, para ti y para la gente de tu entorno? 

Creo que lo más bonito ha sido que esté corto me ha permitido conocer personas y espacios muy potentes en los cuales no sólo se ha podido proyectar “siendo la tormenta” sino también se ha hecho conversatorios contando la experiencia la escuela audiovisual Al borde, esto a su vez ha abierto puertas para que se sigan haciendo cosas bellas desde el cine comunitario que es a lo que me dedico en este momento. Cabe mencionar que actualmente hago parte del equipo de distribución, exhibición y formación de públicos de Al Borde Producciones, así que no puedo estar más agradecida con lo que ha sucedido durante y después de la escuela.

¿Qué fue lo más desafiante de construir el documental? ya sea a nivel técnico, mental o emocional

Para mí el mayor reto fue a nivel mental y emocional, el recabar en mi historia y encontrar algo que me pareciera “interesante” de contar. Durante la escuela solía pensar que era una persona muy joven y me decía “¿algo autobiográfico? no he hecho nada importante en mi vida” pero el proceso no se trataba de eso, lo valioso era poder ver en mi historia, e identificar algo que fuera significativo, no solo por lo narrativo, sino más bien por lo que representaba para mí y el proceso que estaba viviendo en ese entonces. 

Si la escuela audiovisual al borde llegara nuevamente a tu vida a proponerte a hacer un nuevo documental autobiográfico, ¿aceptarías y de qué lo harías?

En este momento no aceptaría, me encuentro priorizando otras cosas en mi vida, especialmente el trabajo comunitario vehiculizado desde el quehacer audiovisual, lo que sí me encantaría hacer es el apoyar a que se geste una nueva escuela.

Para finalizar cuéntanos qué se te viene a la mente cuando escuchas cada una de las siguientes palabras

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