Tenemos mucho que contar, pero ¿como lo hacemos?

Escrito el 3 de abril del 2014, por Equipo.

El gran caos de hoy, las reglas; claro con un grupo tan diverso, tan libre, las reglas, como que no encajan, pero en el teatro y más aún en la improvisación todo tiene una razón de ser, todos nos dimos cuenta de eso, claro, la práctica hace al maestro, entonces no nos queda de otra, lanzarnos al escenario con nuestros cuerpos muy libres, sin prejuicios, pues cualquier cosa puede pasar.

Abrirnos a él mundo de la improvisación donde casi todo vale, son minutos que se vuelven horas tal vez años, pues se cuentan historias de principio a fin, el juego de los objetos especializados se vuelve todo un reto, sin darnos cuenta, nuestros cuerpos se acomodan, se expresan libremente, nos reímos como espectadores, como jugadores , somos rápidos , ágiles, nada es impuesto toda va naciendo como de la nada, nadie gana ,nadie pierde solo disfrutamos, nos reímos de todas las posibilidades, se ven caras de angustias , risas y ansiedad por actuar, para mí es un placer ver cada puesta, en un juego del todo por el todo.

¿Pero improvisar para qué?

Es la primera herramienta para la creación, en donde cada improvisador se vuelve: actor, director, dramaturgo, prima la comunicación, escucha y entrega total de los actores “improvisadores”, desarrolla la creatividad, la toma de decisiones, la elocuencia, el compromiso, lo más importante la aceptación y adaptación pues si no fuera por ellas todo sería un fracaso, todo en el marco de un tiempo límite y algunas normas que se establecen desde el inicio, cada historia es un mundo nuevo, alegre y delicioso. Por eso es una clave fundamental en el proceso de formación. Y ahora que lo sabemos a improvisar el escenario nos espera.

 

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