Planeta Colibrí, cuidar la biodiversidad es una cuestión de justicia.

Escrito el 15 de abril del 2024, por Al Borde.

“La crisis climática proporciona una lente a través de la cual comprender las formas interrelacionadas de injusticia inherentes en este planeta. Por eso es importante situar la igualdad de género —que es algo más que simplemente la igualdad entre hombres y mujeres— y los derechos humanos en el núcleo de nuestra forma de trabajar para conseguir justicia climática”. – Amasai Jeke, feminista trans y defensora de los derechos LGBTQI, Fiyi. 

En lo profundo de las colinas rurales de Cundinamarca, Colombia, se alza un santuario disidente, antiespecista y ambientalista llamado Planeta Colibrí. Allí, las personas que habitamos los bordes del género y la sexualidad, tomamos acciones diarias para proteger, conservar y cuidar de la naturaleza, su biodiversidad, sus recursos y de los seres que hacemos parte de ella. 

Este territorio es central en el trabajo que hacemos en Mujeres Al Borde, es una casa transfeminista de respiro, cuidados y sanación para activistas de los movimientos LGBTIQP+, es un espacio para el artivismo en comunidad, el goce y la justicia erótica, también es un hogar-refugio de perros y gatos rescatados, donde creamos alianzas interespecies. Planeta Colibrí es una tierra que está siendo nutrida, reforestada y amada, donde llegan abejas, colibríes, mientras ella florece y da frutos. 

Sostenemos este espacio porque somos parte de la madre tierra, porque hacemos parte de una comunidad históricamente excluida del derecho a la tierra, a quienes se nos ha expulsado frecuentemente de la ruralidad, y con ello del acceso a disfrutar de la naturaleza, del aire, de la posibilidad de sembrar y cultivar nuestro propio alimento y tener una vivienda digna. Esto en respuesta a que muchas personas de las disidencias sexuales y del género, viven en comunidades precarizadas que son desproporcionadamente afectadas por la contaminación, los desastres naturales, la falta de alimentos y de agua, que ocasionan la actual crisis ambiental y climática.

La existencia de Planeta Colibrí, con sus prácticas, proyectos y sueños, son nuestro aporte a la Justicia ambiental y a la Justicia climática, la cual sabemos afecta de manera desigual a las comunidades marginadas entre ellas a muchas personas LGBTIQP+ del sur global.

Transformando Activismos desde el Borde

Nuestro enfoque en el arte, la educación popular y la participación comunitaria ha permitido que voces silenciadas, nos escuchemos y conectemos por un presente y futuro donde las disidencias del género y la sexualidad nos involucremos con mayor fuerza en el cuidado del planeta. 

En Planeta Colibrí, llevamos a cabo diversas prácticas desde la educación popular, como el reciclaje, compostaje y la educación ambiental para personas urbanas de las disidencias sexuales y de género, incluyendo a las infancias trans y sus familias. De esta forma generamos conciencia sobre la justicia climática y ambiental, con el fin de mitigar el deterioro del territorio, crear sistemas permaculturales que promuevan la propagación y cuidado de las especies nativas, cuidar las fuentes de agua cercanas, reducir el consumo de plástico, impulsar un espacio libre de sufrimiento animal y caminar hacia la autonomía alimentaria y la nutrición sagrada. 

Así, hemos realizado talleres diversos que abarcan el cuidado de la huerta, la siembra de semillas, la transmisión de saberes sobre plantas medicinales y ancestrales. También talleres de comida vegana para mujeres campesinas y activistas LGBTIQP+. En este sentido, uno de nuestros grandes proyectos, realizado en el 2022, en alianza con HabarQ Escuela del Hábitat, fueron las mingas y talleres de bioconstrucción donde participaron principalmente personas trans, no binarias, disidentes sexuales y del género, así como mujeres y hombres cis, tanto del campo como de la ciudad, culminando en la construcción de nuestra Maloca transfeminista “La Maima”, con un diseño que honra la multiplicidad de identidades. A través de nuevas mingas y residencias artísticas, involucramos a artistas y artivistas para que habiten colibrí y narren este territorio.

Un Futuro de Esperanza y Resiliencia

La falta de justicia climática en América Latina puede profundizar la vulnerabilidad de las personas LGBTIQP+, por ello a medida que enfrentamos los desafíos cada vez mayores del cambio climático, la labor de Mujeres Al Borde y Planeta Colibrí se vuelve más crucial que nunca. Con valiente re-existencia y compromiso con un planeta más justo y sostenible, en Mujeres Al Borde transitamos un camino hacia la justicia climática y la igualdad para todes.

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