¡HAGAMOS EL HUMOR! Co-creación autogeográfica

Escrito el 3 de noviembre del 2022, por Caru Garzón.

Por: Caru Garzón

Aperturando el ciclo Imaginar, Crear y Sanar, el taller Hagamos el humor, ocurrió en cuatro sesiones, del martes 20 al viernes 23 de septiembre de 2022, en formato virtual. Nos encontramos por dos horas y media para compartir alrededor de la risa. Diez existencias confluimos en búsqueda de hacer que nos dolieran los cachetes de la risa. ¿Se logró? Pues fue un viaje intenso y por eso también nos propusimos una escritura colectiva, para hacer notar lo que percibimos.

La primera sesión fue dedicada a conocernos, a expresar por qué nos convoca el humor. De inmediato comenzamos a jugar para soltar la mano, para abordar de una el lado creativo. Hicimos un paneo de los temas y situaciones que nos gustarían para el guion, escogiendo sólo uno para una lluvia de ideas y comenzar a desarrollarla.

La segunda sesión fue un arrullo. Nos permitimos hacer pausa con una meditación que nos puso en contacto con el estado de nuestrxs cuerpxs, prácticas de cuidado y cariñitos. A la vez, nos permitió sincronizarnos con los elementos que nos dan fuerza, que nos sostienen, y el deseo de proyectarnos haciendo comedia. Compartimos los avances de esa lluvia de ideas y nos conformamos como equipo creativo.

La tercera sesión fue de ver comedia juntaes. Ahí, empezamos a analizar en medio de la ausencia de más referentes de disidencias sexuales, notamos que igual hay mucha comedia que aún siendo de disidencias sexuales siguen en la práctica violenta de agredir y exhibirse desde un trato peyorativo. Esto es incómodo y muy desafiante. Nos permitió comprender aún más la relevancia de nuestra apuesta de hacer el humor, uno que nos identifique, convoque y permita sentir cómodes. Revisamos la estructura de los chistes y tipos de remates, la estructura del guión, para continuar en revisión de los guiones, antes lluvia de ideas, con mayor sentido y sabrosura.

La cuarta y última sesión fue un delicioso desorden. Empezamos haciendo un calentamiento general de la cuerpa y la voz, para dedicarnos a saborear en modo ensayo. Nos la gozamos desde las entrañas, por los nervios, el juego y por guiones hermosísimos por su autenticidad y despliegue. 

Fue muy chévere encontrarnos sólo entre disidencias sexogenéricas, un grupo y energías increíbles. Cada voz es esencial porque compartió desde el arrojo su visión de mundo y la forma en la que existimos-resistimos desde Guayaquil, Cali, Quito, Medellín, Bogotá y Valparaíso. Nos despedimos carcajeantes. En efecto, nos dolieron los cachetes desde el descaro, la compañía, lo calentito, la vitalidad, con la actitud de ¿por qué no probar?. Muy muy agradecides porque encontramos tranquilidad y le dimos la vuelta a las espinas.

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