Flores Púrpura: Mi ser emocional conectado con los ciclos de la vida
Escrito el 12 de marzo del 2022, por Karen Ramos.
Soy valiente, mi fuego es enorme, mi fuego será luz en la oscuridad, vela en casa, antorcha en el exterior, fogata entre amigos, cálcifer bajo mi caldero; cocinaré mis dolores hasta que estos ablanden.
– María Mutante
Se nos ha enseñado que las emociones son negativas, que debemos ocultarlas para no vernos mal, vulneradxs y excluidxs.
En Semilleros en el Ciberespacio tiramos la casa por la ventada con talleres de autocuidado y sanación transfeminista; en tres de estos talleres abordamos las emociones.
¡Emociones! Asusta, ¿verdad?
Gracias a los diferentes talleres de autocuidado transfeminista que impulsamos, nos dimos cuenta que lxs activistxs somos expertxs en guardar las emociones. Incluso podemos decir que las escondemos, para no sentirnos vulneradxs y/o excluidxs. También porque tenemos el imaginario de que “debemos aguantar”. Pareciese que eso nos hace activistxs: soportar las cargas pesadas de la vida. No lloramos, aguantamos el enojo, permitiendo que la rabia defina nuestras vidas y las acciones que emprendemos.
Para hablar de emociones, primero lo primero:
- Las emociones no son positivas ni negativas son necesarias
- Aguantar no es natural
- Somos seres emocionales, somos emociones
- Al reconocer las emociones, nos reconocemos a nosotrxs mismxs
- Abraza la emoción, es natural, es fluir
Uno de nuestros talleres estuvo enfocado en la Rabia, esa que quema por adentro del estómago, que nos hace reaccionar violentamente, que nos mueve todo el cuerpo. Este maravilloso taller fue facilitado por Ángela Robles (Colombia).
Sentir rabia, también nos genera culpa. Es decir, la sentimos, pero la escondemos o guardamos. Porque, según el estándar, “unx activistx debe ser buenx, centradx, equilibradx”.
Para iniciar el taller nos enfocamos en identificar a una persona, o personaje que se relacione con la valentía, y lxs activistas mencionaron a lxs siguente: Ángela (Colombia) mencionó a Ariana Molina -María Mutante-; Nany (México) nos menciona a Marian Rocha, quien le ha inspirado en lo que ahora realiza. Daniela (Colombia) convoca a su valiente amiga que ha decidido ser mamá sin pareja, y que en este momento está embarazada; Ana Lucía (Chile), se convocó así misma por los saltos que ha dado al vacío, contando lo complicado que la pasó creyendo en el proyecto de Mujeres al Borde. También le inspiran las personas migrantes que buscan una mejor calidad de vida.
Andreina (Ecuador) menciona a Yessica y a su esposa, quienes la han sostenido todo este tiempo; son pilares y heroínas para ella. Luz (Colombia) trae al espacio a Viviana Maya, quien tiene un espacio que se llama Crazy Lions; quien le impulsa con su fuerza, su fuego y amor sororo. Damian (Chile) trae a este espacio a Stef, por su valentía. Martín (Colombia) habla de Melodía su mejor amiga, que hace activismo antiespecista; quien en la pandemia impulsó el hacer ollas comunitarias para quienes no tienen alimento. Melodía también acompaña a mujeres que han perdido a sus hijxs, y en este momento le acompaña a Martín y a su mamá, para generar una actitud más comprensiva entre elles.
Pech habla de su abuelita porque es una persona que tiene una capacidad de disfrute chida, y fluye con los procesos, disfruta el momento en el que está. Karen (Guatemala) dice “pensé en una mujer, que no aprendió a vivir una vida bien (según mi concepción de bien), pero que en el camino aprendió a ser mamá y a vivir con lo que tenía y podía. Ella se llama Roberta, es mi mamá; quien ya no está en este plano existencial”.
Metztli, comenta que su persona de valentía es su mamá Patricia, de quien aprendió sobre el activismo y las marchas. Laure menciona a su hermana menor: “me fui de la casa y cuando regresé, ella había iniciado su tránsito. Ella creció, se volvió luz y es una red de apoyo impresionante”. Alekius (Chile) compartió que para elle su mamá es su inspiración, por la capacidad de sanarse a sí misma y por la posibilidad que les ha generado el acompañamiento y respeto mutuo.
La valentía no significa no sentir dolor para transitar los momentos difíciles. Es necesario ser valientes ya que si, transitamos los dolores, nos permitimos volver a lo nuevo y vivir en la sintonía del corazón.
El camino de valentía tiene que ver con no tener miedo de vernos, ser capaces de hacer ese ejercicio de observar hacia adentro. Cuando lo hacemos, estamos listxs para abrir el corazón hacia otras personas.
La rabia y el miedo son comportamientos instintivos y como humanxs afrontamos el peligro y la amenaza. Etimológicamente “vulnerabilidad” significa esa posibilidad de ser herides, y uno de los miedos que compartimos es eso: tenemos miedo a que nos hagan daño, a estar frente a cierta situación y salir heridxs. En el budismo vemos la rabia como un mapa que nos lleva al miedo para poder ver ¿de qué sentimos miedo?, lo que también nos lleva a la brújula de ¿qué nos duele? Y luego a la compasión para nosotrxs mismxs. “No son racionales pero sí podemos comprenderlos”, nos explica Ángela (Colombia).
“En situaciones de mucha rabia que he vivido, he caído con convulsiones al piso, a ese nivel de negación (y desconocimiento) de la emoción”, expresa Damian (Chile).
“Yo ejerzo violencia en mi contra; dejo hasta de tomar agua… no duermo o trato de agotarme tanto, tanto que ya no pienso en lo que me daba rabia. Pero estoy segura que estoy en un momento donde necesito generar herramientas para gestionarlo por mí”, comparte Andreina Sevillano, (Ecuador).
Primer encuentro: Reconocimiento de lo que nos duele
En el taller se mencionaron algunas situaciones sobre los efectos de la rabia en nuestro ser. Conversamos sobre afrontar la rabia, es decir, dejar de huir de la emoción, para encontrar la calma. Sin embargo, se requiere de un período de búsqueda para descifrar lo que está detrás de la rabia.
¿Qué es lo que me duele?
La rabia puede ser la emoción que mostramos, lo que nos impulsa en el momento. Se posiciona enfrente, sin embargo, hay emociones en el fondo que la han impulsado, o bien, un cúmulo de situaciones que profundizan la misma emoción.
“Una posible ruta para dejar llegar la rabia, es vernos con compasión y direccionarla hacia acciones e(a)fectivas”, comenta Ángela Robles, (Colombia).
El resentimiento y la culpa, son la rabia cristalizada en el tiempo, cuando no la hemos dejado ir. Y cuando recordamos una situación de hace cinco años, lo sentimos con el mismo enojo.
Una práctica creativa de la evasión, es distanciarnos del evento, dejarlo en el tiempo. Sin embargo, como no la elaboré, puedo estallar cuando algo más se presente. Una manera de reparación feminista es el perdón. Es reconciliarme con la parte de mí que sintió dolor.
“Creo que ser compasivxs con unx mismx es lo más difícil”, explica Daniela (Colombia).
Segundo encuentro: El cuerpo y las emociones
Para nuestro segundo encuentro, seguimos abordando las emociones. En esta sesión, reconocimos que tenemos cuatro cuerpos: el espiritual, el físico, el mental y el emocional.
Y la pregunta que surgió fue: ¿a cuál cuerpo alimentamos más?
Para iniciar, es necesario reconocer que tenemos muchos dolores, que somos como cebollas: cada año es como una capa más que le colocamos al ser. Por lo que, no podemos sanar únicamente lo que tenemos ahora enfrente, sino que somos el efecto de miles de formas, constructos y consecuencia de un todo.
Según la PNAS Proceedings or the National Academy of Science of the United States of America, existe un Mapa corporal de las emociones (Bodily Maps of Emotions). Que en cada situación que vivimos nos impacta de diferentes maneras.
Bodily maps of emotions “Mapas corporales de las emociones” 2014.
Bodily maps of emotions “Mapas corporales de las emociones” 2014.
Se realizó un ejercicio de reconocimiento de las emociones, y de agradecimiento a la emoción, de despedida de la emoción (de la forma en que aprendimos a procesarla), ya que esta emoción ha sido un mecanismo de defensa ante las situaciones de la vida.
Tercer encuentro: Reconocer y liberar las emociones
Realizamos un ejercicios de reconocer las emociones y las evaluamos en escalas de 1 a 10. La 1 era el menor impacto en el cuerpo, y la 10 impacto fuerte. Al finalizar el ejercicio, lxs activistxs reconocieron que hay emociones que les detienen la vida, porque son fuertes. También que hay emociones que a pesar de lo que son, pueden seguir con ellas, viviendo la cotidianidad.
En este taller, y entendiendo que las emociones se alojan en el cuerpo, movimos el cuerpo, y sacudimos cada emoción que se aloja en diferentes partes.
Exploramos el color Rojo con música africana, es decir: movimientos intensos. El fuego, la energía que nos mueve, lo duro, lo brusco, lo violento.
El color Azul nos permitió: movimientos densos. Lo que nos detiene, lo que no nos permite avanzar, cuando nos acomodamos.
El color Amarillo nos permitió: movimientos complacientes. Cuando complacemos estamos dejando energía por todos lados, cuando estamos para otrxs y no para nosotrxs mismxs.
El color Verde nos permitió: movimientos de atracción. Este es para mí: lo suave, lo sutil, de llenar. Movimiento cerca de mí, para mí.
Y una rolita de Amor: movimiento de tocar, de sentir. Tocarme, esto es para mí, mi auto-erotización.
Estos talleres fueron pensados para identificar, reconocer, soltar y dejar ir las emociones, lo que nos ha detenido en el último tiempo. Lxs activistxs dijeron sentirse bien, tranquilxs, y más livianxs, después de tres intensas y lindas sesiones que nos permitieron profundizar nuestra relación con el cuerpo y las emociones.
“Fui al psicólogo y nunca me sentí tan bien como hoy, no había podido soltar, ni fluir”, finalizó Jean Paul Saumón (Colombia).