Existencias Sonoras de cuerpes diverses

Escrito el 14 de febrero del 2022, por Analuchx.

¿En una sociedad que constantemente nos silencia, cómo nos relacionamos las disidencias sexo/género con nuestra propia voz?, ¿Será que las heridas provocadas por la transfobia y la heteronorma, pueden ser curadas cuando logramos silenciar las voces de afuera para escuchar nuestra propia expresividad sonora?, ¿Qué podrán contarnos nuestros silencios, nuestros susurros y nuestros gritos acerca de nuestra propia historia?.

El sonido como experiencia sanadora, fue todo un descubrimiento para la mayoría de activistas que participamos del Taller “Existencias sonoras de cuerpes diverses”, guiado amorosamente por Pao García (Colombia) y Agatha Salvatierra (Perú), realizado en el Circuito de cuidados y sanación transfeminista de Semilleros en el Ciberespacio.

La idea es… Conocer nuestro corazón

La sala de zoom se llena de un ritmo delicioso que invita a mover el cuerpo, iniciamos con movimientos lentos, la música va acelerando y también el grupo, que termina entre risas, lleno de sudor, dando saltos, entregades al baile, cuando la música se detiene, siguiendo la instrucción de Pao cerramos los ojos y ponemos una mano sobre el corazón para sentir su ritmo: “Si pudieran traducir ese ritmo a un dibujo ¿cómo se vería?, si pudieran traducirlo a sonidos con sus voces cuál sería?” Este será nuestro acercamiento colectivo al musicograma, una herramienta-regalo que sirve para escucharnos y saber cómo sonamos.

Las memorias del aire, el agua y el fuego fueron guiando este viaje interno para explorar los sonidos de nuestras existencias disonantes, hasta llegar a ese gran sonido llamado VOZ.

Qué cuenta tu voz, acerca de lo que necesita sanar tu corazón?

Agatha abre el diálogo preguntándonos: – ¿Qué entendemos por voz?, ¿Le damos el espacio suficiente a nuestra voz para que conozca su propio rango, y juegue con sus dimensiones y tonalidades?, ¿En qué momentos, y con qué personas notamos que nuestra voz cambia de tono, de forma, de ritmo, de actitud?

La relación con la voz propia para quienes nos reconocemos disonantes/disidentes de las normas, se manifiesta llena de complejidades, de nudos en la garganta, de mandatos de silencio, la voz como un lugar de riesgo que devela nuestra no pertenencia, nuestros tránsitos, nuestras heridas coloniales, nuestro desajuste con los estereotipos y las expectativas sociales.

Ana (Colombia) nos comparte: “Cuando me siento en un lugar seguro, como acá con mis pares mi voz fluye con libertad. Pero hay otros espacios en los que me cuesta sacar la voz. me pasó mucho cuando empecé mi experiencia migrante en Chile, ha sido para mi muy duro sentir como mi voz a veces ni siquiera quiere salir cuando estoy aquí en Chile, creo que no lograr encontrar mi voz es como se expresa el sentimiento de no pertenecer”.

Por su parte Fernando (Venezuela), nos cuenta que en los últimos tres años su voz ha cambiando por el proceso hormonal de su transito en el género: “Mi voz ha pasado a ser masculina y se ha silenciado muchísimo, me asusto de escucharla, sobretodo en los espacios que habitualmente ocupo, que son espacios feministas, transfeministas, comunicarme en estos espacios con esta voz es un reto, no es como me esperaba. He tratado de escuchar mi voz masculina y aceptar que decidí estar en una identidad conflictiva, pero a veces me cuesta defender mi voz masculina, pedir la palabra, expresar un desacuerdo y que me llamen agresivo o misógino… No es el tono de mí voz, es mi idea lo que debería escucharse”

Para Gerita (Perú) los procesos de silenciamiento y de miedo a nuestra voz propia son un mandato colonial desde lo blanco, que se replica también por parte de los hombres hacia las mujeres, ella nos cuenta: “Soy marrón, soy una mujer quechua, cuando estoy muy triste me enfermo de la garganta. Cargo con esos dolores que vienen de una memoria ancestral, por supervivencia nuestras ancestras nos negaron nuestra lengua, es revolucionario recuperar y difundir nuestras lenguas originarias, es una herida por sanar en nuestro linaje”. Agatha (Perú) se une para contarnos: “Cada vez que canto en quechua yo lloro, es una herida del lenguaje que me quitaron”.

Deshacer el nudo en la garganta

El nudo que nos cierra la garganta está a menudo acompañado de emociones como miedo, tristeza, vergüenza, ahondando más logramos identificar que ese anudamiento es histórico, colonial, patriarcal, se trata de la violencia expresada de manera concreta en nuestros cuerpos y en el bloqueo de sus sonidos. Para que las comunidades disidentes del sexo/género, migrantes, indígenas, afros, gordxs, con diversidades funcionales y neurodivergencias, desatemos estos nudos, sanemos estas heridas, no basta con un trabajo de conciencia individual, implica un trabajo colectivo, de desenmascarar las violencias, de rebelarnos a ellas, de abrir espacios para que nuestra sonoridad (con sus memorias, volúmenes y tonalidades diversas) sean escuchadas y valoradas tal como son.

Al respecto Jessi (Ecuador) señala: “Algo en que puse mayor atención cuando estábamos haciendo la Escuela Audiovisual con Mujeres Al Borde, fue cómo se creaba la voz dentro de mi garganta, no era solo una cosa de: “sí pero ahora ya puedes hablar, hazlo” … Es mirar todo lo que está adentro: los pulmones, la laringe, el aparato fonador, e ir sintiendo  que nudos hay ahí, con qué recuerdo se conectan, con qué situación se conectan y poco a poco irlos desenredado” 

Agatha nos recuerda que “Somos un instrumento, un ser musical, por lo que justamente hay un potencial de conectarnos y de sanar y de armonizar entre nosotres, es lo que hemos estado haciendo en este ejercicio de traducción del sonido al movimiento, del movimiento al dibujo, del dibujo a la palabra y de la palabra a la voz, para dejar salir esos dolores”

En nuestro aparato fonador residen dos chakras: garganta y corazón, allí están la capacidad de dar y recibir amor, de nutrirnos de energía vital al respirar, de alivianarnos y soltar cuando exhalamos, de comunicarnos y expresar quienes somos. Para Pao, una clave sanadora es conectar conscientemente el corazón con el elemento aire: “Respirar nos permite también aliviar toda esta zona del pecho, sentir el pecho apretado puede indicar que estamos bloqueando nuestra voz interna. Para proyectar la voz, hay que abrir el pecho, hay que darnos amor”

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