La Escucha Corporal

Escrito el 7 de diciembre del 2021, por Nany Guerrerx.

Desbloquear el cuerpo desbloquea la mente y visceversa

“El cuerpo es un mapa simbólico de nuestra vida”, dice Laura (Colombia). Y enseguida, provoca nuestra curiosidad: “Por ejemplo, si últimamente me duele mucho la cabeza… ¿será que vivo con estrés? Si tengo problemas para ir al baño… ¿tendré dificultades para soltar? Si me duele la espalda… ¿estoy cargando responsabilidades que no me corresponden? Cada quien tiene interpretaciones alrededor del cuerpo y nos toca activar mucho la escucha de nuestra casa corpora”

Ella facilitó el taller Escucha Corporal dentro del Circuito de cuidados y sanación transfeminista del proyecto Semilleros en el Ciberespacio. Su intervención no es casual. A pesar de previamente haber tenido espacios de charla para reconocer en qué estado llegamos a este espacio, era necesario un diagnóstico profundo.

Mapear y leer un lenguaje llamado cuerpo

Durante varios minutos, y en nuestras propias posibilidades, Laura nos pone a sacudir, mover y danzar el cuerpo hasta entrar en una especie de trance que nos ayuda a conectar con nuestros latidos y ritmos. Nos invita a prestar atención a las cosas que identificamos en nuestro cuerpo que puedan revelar cómo nos estamos sintiendo. “Vamos a hacer parejas y a contarnos algún diagnóstico que tengamos de nuestro cuerpo”, sugiere.

Mia (México) lo tiene muy claro:Fui por un cojín porque necesito muchos cuidados con mi columna ya que tengo una condición de salud que lo requiere. Pero en general, gracias a eso, he empezado a cuidarme de muchas otras maneras. Empecé a tener más cuidado con mis posturas y eso no afecta sólo mi columna sino mi digestión. Me doy chance de no sentirme inútil y ver qué otras posibilidades salen a partir de una condición particular de mi cuerpo.”

Mientras que Paule (Colombia) ha encontrado en la meditación una herramienta poderosísima para conectar con sí mismx y reconocer lo qué necesita, Río (México) agrega que para él, el shibari se ha convertido en una técnica de contemplación: “Estoy tanto en mi cabeza que a veces me duele y colapsa. El shibari me está ayudando mucho a meditar desde el cuerpo. Es un espacio donde dejo de pensar y sólo estoy poniendo atención en la otra persona y en mí. Me ha ayudado mucho a relajarme y dormir mejor”.

El descanso como respuesta anticapital

“Quiero que ahora nos compartamos un cuidado que tenemos con nuestro cuerpo y uno que consideremos es importante empezar a tener con nosotres mismxs. Ya sea psicoafectiva, física, espiritual…”, indica Laura (Colombia), y pone el ejemplo: “Un cuidado que intento tener muy presente es dormir. Trato siempre en la medida de lo posible de tener al menos ocho horas de descanso.”

Matival (Chile) se identifica. “Recientemente comencé a tomar siestas cortas que me energizan y lo hago principalmente porque con mi psicoterapeuta detectamos que me pongo muy trabajólico y me cuesta encontrar espacios de descanso. Es imposible que el trabajo y el activismo sean tan intensos como lo son ahora. Autorizarme a estar cansado porque después uno se hace mucho daño. No frustrarme si las cosas son intensas. Ante eso, siempre tengo una carta bajo la manga: el descanso.” 

Para Tiago (México), la labor está en lidiar con la culpa asociada al descanso:  “En mi pueblo natal, el capitalismo está muy instaurado y siempre hay que hacer cosas para ser productivo y sacar dinero y yo no puedo. Con las personas con las que convivo, me he estado dando el espacio de no hacer absolutamente nada. Sí hago ejercicio, pero si no quiero hacer nada más que ver pelis o cotorrear, lo hago. Me cuesta, aún siento culpa, pero es importante escuchar al cuerpo, a la voz que nos dice que hoy no.”

Otras estrategias y cuidados

“Necesito que mi trabajo sea bien recompensado. Como activistas, damos y damos hasta quedar secos y ser más engreídx en este aspecto me ha traído mucha paz. Mi agenda está más libre y tengo tiempo para descansar. Es algo que le aprendí a las compañeras trabajadoras sexuales; no mover un dedo si no hay dinero, si no hay algo para mí. Si no, unx termina explotándose.”

Durante el taller, revisamos cuáles eran las diversas estrategias que en los últimos meses nos habían ayudado a cuidarnos, y aprender a establecer límites fue una de las prioridades de lxs sanadorxs. “He estado diciendo que no a muchas cosas donde no me van a pagar” afirma Nany (México).

Para Ana (Colombia) decir que no también está siendo un aprendizaje muy importante. “Para mí, ese es el gran logro activista”, declara. No sólo eso, Ana comparte que también ha encontrado estrategias de cuidado en la compañía de su familia peluda: “Mis perritos son una súper terapia. Cuando llevo mucho tiempo en el computador, aparecen con una pelota en la jeta. Me ladran, me lloran, me dicen ‘¡ya basta! ¡necesitamos salir, jugar, hacer otra cosa!’, y ellos me sacan de ese espacio de trabajo y me ponen en el presente. Todo es impredecible con ellos: tener que salir, embarrarme, meterme al agua porque el perro me jaloneó, tener popó en el zapato… Les animales son lxs maestrxs de vivir en el presente.”

En cambio, Nad (México) ha encontrado en los masajes y la danza con mujeres y personas no binarias, una alternativa para su cuidado. “Hacer conciencia de nuestra corporalidad es delicioso. Hace unos días intentaron meterse a mi casa y después del episodio, empecé  a hacer la danza de las cinco olas. Me clavé y dancé. Primero dos días, después tres, luego cuatro. Llevo una semana. Lo hago hasta con lxs perris. La danza va subiendo de intensidad, trabajamos con los elementos, con diferentes etapas en nuestra vida y es bien loco cómo conectamos con otros seres que no son humanxs. Me ha servido muchísimo, tener un cuidado individual pero también colectivo”, apunta.

Karen (Guatemala) comparte que ha estado en varios procesos físicos y emocionales y que las últimas semanas han sido muy intensas. Ha tenido que recurrir a la pausa. “Algo que me gusta mucho es el silencio de mi propia voz”, manifiesta. “Siempre estoy dando energía hacia afuera, he decidido guardarme un poco. Dar más la palabra me ha ayudado muchísimo.”

Natalia (Guatemala) expresó que ha estado teniendo problemas digestivos asociados a sus estados emocionales y que eso la orilló a cambiar la rutina. “Cuido lo que como, activo la alimentación intuitiva. Reconocer qué necesita mi cuerpo, qué me hace sentir bien y que no me hará sentir mal después. Comer frutas, reducir la ingesta de alcohol… son regalos para mi cuerpo. No me prohibo cosas, sólo busco qué se siente bien para mí”, puntualiza.

Para cerrar el espacio, Laura nos comparte una herramienta para activar la escucha corporal, es un diccionario de enfermedades, vivencias y emociones. “Uso esta herramienta porque me ayuda a diagnosticar. No es para castigarnos, hay que tener mucha compasión, ver cómo usamos estos elementos que son parte de nosotrxs y que también podemos transformar”, finaliza, sin antes dejar una puerta bien abierta: “Como todas las cosas, hay que usarlo con filtros. En este mundo de muchas opresiones, no hay que tragarnos todo”.

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