Conversando sobre fluir y florecer
Escrito el 8 de septiembre del 2020, por Al Borde Producciones.
El pasado viernes 28 de Agosto nos encontramos personas de Brasil, Perú, Colombia y Chile para compartir aquellas experiencias que han significado un punto de giro en nuestro caminar por la vida, en este constante “Fluir para florecer”. Este conversatorio se planteó como una invitación a hermanarnos con nuestra vulnerabilidad, reconocer los miedos, desafíos y aprendizajes que nos proponen los diferentes tránsitos, migraciones y cruces de fronteras ya sean de género, sexualidad, territoriales, mentales, emocionales, y en algunas ocasiones, todas juntas. Nuestros invitados, en esta ocasión fueron: Macu, marica-negrx, migrante de Tumaco, columnista de la Revista Matamba; Edan Mar, trans, artista, profesional en sociología y príncipe de la Casa Mutatis, perteneciente a la cultura Ballroom de Sao Paulo; y Damian, director del corto documental autobiográfico “Transhumante” realizado en el 2011 en el marco de la Escuela Audiovisual al Borde.
Partimos preguntándonos por los elementos claves que nos han permitido sobrevivir a este CIStema: la familia, las amigas y las redes afectivas, el arte, habitar en comunidad, la conexión con la madre tierra, los espacios de creación colectiva, la ternura revolucionaria, el vino, el amor a todas las cuerpas admirando su particular belleza; y el deseo y el placer, reconociendo que en muchas ocasiones para las personas racializadas y trans, acceder al deseo puede convertirse en una opresión que nos encasilla y somete a los designios de este cistema. Estos lugares de resistencia identificados fueron diversos como el grupo que nos acompañó.
“Sentirse hermanade con seres maravillosos que son ustedes y reconocerme como parte de un viaje cósmico, ancestral, profundo, superior, transcendental me ayuda a resistir, transformarme y reconstituirme en este CIStema.” Mauri Balanta
Cruce de fronteras
Damian nos contó que volver a ver su corto “Transhumante, fue encontrarse con su “yo” de hace 9 años, cuando estaba iniciando su tránsito, las inquietudes y las experiencias relacionadas con las dificultades con la familia, la pérdida de amistades y a la vez el encuentro con una colectividad de personas para conspirar y explorar con alegría las vivencias trans. “Me sentí abrazado por mi yo de hace 9 años, por su inocencia y su optimismo que me decía: tranquilo, no te preocupes tanto”. Abriendo el diálogo sobre el documental, varixs participantes compartieron que en la película de Damian encontraron un referente, una historia que les hablaba directo a su propio tránsito, abriendo la esperanza hacia transgeneridades placenteras, vividas con humor y no un proceso rígido y tortuoso como muestran la mayoría de relatos hegemónicos sobre las vidas trans.
Macu compartió que el migrar de un territorio predominantemente afrodescendiente como Tumaco, a una ciudad como Cali, le ha implicado resignificar las ideas que tenia de lo rural y lo urbano, experimentar lo multifacético que es el entramado de la supremacía blanca, en las instituciones, lo cultural, político e ideológico, además de experimentar nuevas y variadas formas de discriminación por su orientación sexual y expresión de género. Si bien pareciera que la ciudad permite expresar más abiertamente la disidencia sexual, el ser una persona negra y de territorio te vuelve blanco de las ideas estereotipadas de lo que es ser una persona racializada, volviéndose el gusto fetichizado y el ser útil/utilizado del sistema.
Frente a los múltiples tránsitos en la geografía y el género, Edan Mar quien es migrante en Sao Paulo hace varios años, nos cuenta como el danzar, investigar y el trabajo en defensa de los Derechos Humanos han sido primordiales para habitar los cambios que ha experimentado en su vida. Migrar a Brasil le ha puesto ante un tránsito inédito en su vida: “para mi fue como un salto al futuro, viajar 10 años de la realidad en la que yo vivía, porque he encontrado las personas que yo necesitaba conocer para entender quién soy… eran personas que no encontraba en tanta cantidad en Cali y en Colombia y que aquí ha sido como una explosión… están por todos lados”. A esto se suma la escena Ballroom, el lugar donde nació “Edan”, donde pudo encontrarse a través de la danza y crear una familia.
En este compartir, se unieron más voces y experiencias de les participantes, así Juan nos contó acerca de su proceso personal asumiendo la identidad VIH+ como un lugar de acción política, de visibilidad, de reivindicación del derecho a vivir digna y gozosamente. Sara nos habló sobre los desafíos de regresar a su pequeña y conservadora ciudad, luego de haber vivido con mayor libertad en una ciudad Capital su visibilidad lésbica. Gracias a estas historias íntimas pudimos reflexionar juntes sobre cómo el cruce de una frontera nos transforma y las implicaciones de volver siendo otras/otres/otros al punto de partida. En el caso de Sara y Juan, así como de nuestres invitades, los puntos de giro en su vida se han convertido en experiencias expansivas, desde las cuales han creado lazos y procesos sanadores para sus comunidades.
Así suena la clave
En la segunda parte del diálogo ahondamos en las herramientas que nos han ayudado a sanar, fluir y florecer.
Para Damian quien ha vivido periodos de depresión intensa y desconexión con el deseo de vivir, ha sido necesario auto-reconciliarse, sanar desde lo íntimo, vivir los duelos necesarios, alejarse de relaciones y entornos que hagan daño, acudir a terapias (empáticas con la diversidad), así como procurarse ambientes amorosos: algo que muchas personas disidentes de la sexualidad y el género no han podido tener desde tempranas edades. En su caso, la escritura ha sido un pilar que le ha permitido leer el mundo, re leerse a sí mismo, guardar su memoria, sanarse. Abrazar, escuchar y respetar son claves cuando acompañamos procesos de depresión y ansiedad en personas que amamos.
Macu suma a la reflexión por la salud mental y emocional, lo complejo que es encontrar profesionales en la salud mental con sensibilidad y herramientas antirracistas, decoloniales, transfeministas. También Edan Mar nos hace un llamado a reconocer los altos índices de suicidio en hombres trans, y a plantearnos cómo podemos generar colectivamente mayor empatia y cuidado hacia quienes atraviezan procesos de ansiedad y tristeza profunda.
Continuando con la metáfora de florecer, para Macu se requiere un suelo con variados nutrientes, la luz adecuada, un buen riego, y otros elementos que en su caso no han estado siempre presentes. Antes de ser consciente del racismo, siempre se sintió el bicho raro, por ser una persona negra no heterosexual. El migrar a Cali y conocer una mayor cantidad de personas diversas sexualmente le expuso ahora a un racismo que exotizaba quien era, pero el acumulado de experiencias tanto en su lugar natal como en una ciudad más grande le permitió ir construyendo amistades, espacios, discursos, prácticas que conversan con saberes negros, maricas y feministas, en pocas palabras ir creando su propio jardín.
Por su parte, Edan ha florecido bailando sus tránsitos. La danza le ha permitido entenderse y sentirse por fuera de la mente y las teorías, creer y fluir en lo que va experimentando. En este camino también ha llegado a la meditación para respirar, mantenerse en equilibrio y calma con los cambios que atraviesa, el movimiento interno de la meditación y el externo de la danza han sido claves para liberar tu cuerpo de “esas tensiones que aparecen cuando tienes que andar explicando a todo el mundo quién eres”.
Nos despedimos haciéndonos regalos mutuos para seguir floreciendo y hacer del mundo un jardín, varixs participantes encendieron velitas para convocar nuestra luz interior, que esté compartir avive el fuego para re-nacer con cada transformación. Por lo pronto no nos queda más que agradecer a nuestros invitados y a las personas asistentes. Seguimos contando nuestras historias para transformar el mundo.